La antigua Thysdrus
cartaginesa, tras la caída del poder central, pasó en el 146 a.C. a manos de
Roma. Ubicada entre Sousse y Sfax, en el siglo I a.C., César la convertiría en
la “Colonia Iulia Thysdritana”, y así en una de los territorios romanos más
rico del África septentrional, cuyo esplendor cultural, político y económico
tuvo que esperar dos siglos más tarde. Su magnífico anfiteatro supone un
símbolo de esa brillante época.
El anfiteatro de
Thysdrus, ciudad que actualmente se conoce como El Djem, a diferencia de
números anfiteatros romanos, que eran levantados fue edificado, en el 230, completamente en la
llanura tomando los adelantados
procedimientos constructivos de los arquitectos romanos.
Esta colosal obra
tenía la cabida para albergar a 35.000 espectadores. La fachada del edificio
está constituida por tres pisos de arcada de estilo corintio o compuesto. El
anfiteatro presenta un buen estado de conservación en la estructura y sus
diversas dependencias, a pesar de las posteriores funciones que albergó tras el
período romano y los conflictos bélicos.
El sector de las
gradas perteneciente a las clases acomodadas estaba trabajado en mármol; a
diferencia de los sectores destinados a las masas populares elaborados en
madera. Los hermosos mosaicos decorativos, algunos con recreaciones de los
banquetes que los gladiadores festejaban la víspera de los juegos, se
encuentran en el museo de El Djem o en el Bardo (Túnez).
Durante el mandato
del emperador bizantino Justiniano, en el siglo VI, los efectivos del general
Belisario utilizaron el anfiteatro como ciudadela, y los beréberes para
rechazar el avance de los árabes. Hasta el siglo XVIII prosiguió con su uso
militar, razón por la cual sufrió cañonazos y fue empleado como bastión.
El yacimiento romano
de El Djem alberga diversos vestigios, entre los que destaca la casa del Pavo
Real. Fue una opulenta mansión, cuyas estancias posibilitan un estudio de la
vivienda en el África romana. Su enorme peristilo, tiene un tamaño de casi 350 m²; y las suntuosas
alcobas están decoradas con preciosos mosaicos ornamentales. Los patios
comprenden una excelente muestra del alto nivel de vida de las clases
sobresalientes de la Thysdrus romana, y de la capacidad constructiva de los
arquitectos romanos.
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