La introducción manifiesta la necesidad de conservar el
patrimonio monumental para las naciones americanas. La reunión celebrada en
Punta del Este (Uruguay) anunció el interés y
valor económico que suponía el Patrimonio Cultural para la prosperidad
de los países.
Las medidas para la protección del patrimonio deben de ser
inminentes, englobando el ámbito artístico, otros bienes muebles y elementos preciados
que conforman el Patrimonio Cultural. Estas disposiciones tienen como objetivo acabar
con su deterioro y los robos indemnes.
El concepto de monumento implica la noción de espacio;
mientras que pueden encontrarse enclaves monumentales en los que sus elementos
por separado no obtengan esa concepción.
Los parajes naturales merecen la misma protección y
conservación, aunque no constituyan esencialmente monumentos nacionales. La
importancia histórica o artística de un determinado enclave no afirma que sea
un monumento, a no ser que se produzca una declaración de carácter oficial por
parte de los organismos estatales.
Los monumentos nacionales tienen el objetivo de satisfacer una
función social. El Estado tendrá la tarea de que la misma perdure; y especificar si determinada función se puede
compaginar con la propiedad privada.
Los países que conforman Latinoamérica conforman naciones con
numerosos bienes monumentales; pertenecientes a la época precolombina y
asimismo al período colonial. Dentro estarían incluidos los vestigios
arqueológicos de significación fundamental.
En los últimos años muchos elementos patrimoniales han
corrido el riesgo de perderse. Los motivos vienen dados por una política
ineficaz e incapaz de llevar a cabo la protección necesaria.
El documento refleja el objetivo de desarrollar una política
de regulación urbanística en armonía con la defensa y protección el Patrimonio
Cultural.
Las instituciones internacionales han contemplado la
magnitud del problema y han ido desplegando disoluciones propicias.
Los monumentos de interés arqueológico, histórico y
artístico conforman asimismo elementos de interés económico; lo que conlleva
que se encuentren dentro de los planes de desarrollo. En la reunión de Punta del Este fue
encomendado a los países de la OEA extender la colaboración interamericana a la
preservación y empleo de los monumentos arqueológicos, históricos y con
connotaciones artísticas.
Estos esfuerzos tienen el principal objetivo de lograr un
aprovechamiento superior de loa recursos monumentales, beneficiando así el
progreso económico del país. Todo ello conlleva la calificación de los recursos
disponibles y la planificación previa de proyectos determinados.
Los valores culturales de los monumentos ligados a los
intereses turísticos constituyen un vínculo de atracción, que puede ayudar a ratificar
la conciencia de su relevancia y significación nacionales. Las inversiones económicas destinadas a la restauración
y preservación del Patrimonio Cultural beneficiaran el ámbito turístico;
participando en un solo plan económico regional.
En la Conferencia de Naciones Unidas sobre Viajes
internacionales y Turismo (1963) fue manifestado que “desde el punto de vista
turístico, el patrimonio cultural, histórico y natural de las naciones,
constituye un valor sustancialmente importante” Los estudios con la cooperación
de la Unión Internacional de las Organizaciones Oficiales de Turismo han afirmado
el valor económico dimanado de estas políticas.
La Comisión Técnica de Fomento del Turismo, en 1967 manifestó
“que los monumentos y otros bienes de naturaleza arqueológica, histórica y
artística pueden y deben ser debidamente preservados y utilizados en función
del desarrollo como incentivos de la afluencia turística”. “Que en los países
de gran riqueza patrimonial de bienes de interés arqueológico, histórico y
artístico, dicho patrimonio constituye un factor decisivo en su equipamiento
turístico y, en consecuencia, debe ser tomado en cuenta la formalización de los
planes correspondientes”. “Que los intereses propiamente culturales y los de
índole turística se conjugan en cuanto concierte a la debida preservación y
utilización del patrimonio monumental y artístico de los pueblos de América,
por lo que se hace aconsejable que los organismos y unidades técnicas de una y
otra área de la actividad interamericana trabajen en ese sentido de forma
coordinada”.
Desde la perspectiva únicamente turística, los monumentos
constituyen parte del conjunto disponible para incentivar esa industria en un
territorio. No obstante, el valor que pueda albergar un determinado monumento a
la función que se destina, no obedecerá solo a su valor intrínseco, sino
asimismo al contexto en el que se encuentre el mismo. Por ello, en ocasiones
las intervenciones de restauración son insuficientes por sí mismas para que un
monumento pueda ser aprovechado desde el punto de vista turístico. En numerosos
casos es necesario el desarrollo de obras de infraestructura para posibilitar la
aproximación a los monumentos. Todo ello sin menospreciar la naturaleza
ambiental del territorio.
En las valoraciones de diversos países europeos se
encuentran reflejados los beneficios favorables del turismo para el progreso
económico.
El interés y aprecio al Patrimonio Cultural debe de ser
fomentado entre la población. En
incentivo de agrupaciones cívicas para la defensa del patrimonio produjeron
resultados favorables, en especial en regiones que no contaban con una
planificación urbanística y donde las medidas protectoras no eran muy
eficientes. Desde el prisma patrimonial, la toma de conciencia cívica puede ser ayudada
a través de la visión de los resultados de obras de restauración en
construcciones, plazas y determinados enclaves. Asimismo, el ámbito educativo
juega un papel primordial en este contexto. La cooperación particular supone un
elemento fundamental, especialmente en las comunidades de pequeño tamaño.
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